Alegría en Tiempos de Crisis
La alegría es una de las principales emociones del ser humano (miedo, alegría, rabia, tristeza y asco), y desencadena en nuestro cuerpo la liberación de diferentes hormonas que nos ayudan a protegernos de diversas enfermedades, fortaleciendo así nuestro sistema inmune. Es importante enfatizar que, cuando nos referimos a las emociones, estamos hablando de estados anímicos de larga duración que, en la medida correcta, son beneficiosos para nosotros.
Cada una de las emociones que vivimos son necesarias, por lo cual no podemos dejar a un lado los momentos de tristeza o aquellas cosas que nos producen asco. Sin embargo, debemos estar conscientes de que la alegría nos relaja los músculos del cuerpo y nos hace entrar en un estado de éxtasis en donde obtenemos la fortaleza para enfrentar cualquier situación, así como también la seguridad de que todo estará bien al final del camino.
Es por esto que se le da suma importancia a esta emoción. La cantidad de hormonas que se liberan hacen que nos sintamos capaces de lograr cualquier cosa que nos propongamos y que podamos superar los obstáculos que se puedan presentar. Por supuesto, pasamos por momentos de crisis diversos (económicos, laborales, familiares, emocionales o cualquier otro) que deben ser vividos a plenitud, el cuerpo necesita liberar la energía producida por una profunda tristeza, pero también requiere que exista un sistema paralelo que poco a poco vaya elevando la vibración positiva, para alcanzar así el equilibrio emocional necesario.
La gran pregunta es: ¿Cómo voy a sentir alegría si estoy en medio de una crisis?
Lo primero que debemos hacer es darle la importancia necesaria a la situación, no evitarla sino enfrentarla, viviendo a plenitud esas emociones que se pueden presentar (rabia, miedo, tristeza, depresión). Pero en un punto de esa vivencia, el mismo cuerpo (debido al cansancio que presenta) comienza a exigir momentos de tranquilidad y es allí en donde debemos ser conscientes y actuar, buscando aquellas pequeñas cosas cotidianas que nos gustan y enfocando nuestra atención en ellas.
No se trata de dejar de llorar de un día para otro, se trata de ir poco a poco calmando la fuerza de ese llanto y aumentando los momentos de disfrute, aunque sean muy pequeños. Se trata también de ser agradecidos con lo que sí tenemos, aquello que, a pesar de esa crisis, se mantiene con nosotros. Y entonces, una vez alcanzado cierto nivel de tranquilidad, mirar a la situación y analizarla desde todas las perspectivas posibles, para así poder, desde esa alegría que va creciendo cada vez más, encontrar soluciones creativas que nos ofrezcan nuevos caminos.
Quizás hoy estés pasando por una dificultad económica fuerte, o quizás hayas perdido a algún familiar. Es posible que te sientas mal porque aún no alcanzas ese sueño tan anhelado y sientes que todo está en tu contra, pero todo esto son solo emociones que también serán pasajeras en la medida en que sean trabajadas de forma consciente y activa. El problema de muchas personas, es que no son capaces de identificar esas emociones y pasan mucho tiempo encerradas en ellas. Quizás la solución se encuentra muy cerca, o debas seguir trabajando, o solamente pedir PERDÓN. Lo importante es actuar, evitar quedarnos estancados, convencernos a nosotros mismos de que somos exitosos y que podemos superar cualquier cosa que se nos presente.
Hoy dedico este artículo a mi país, a todas esas personas que hoy se sienten estancadas y que no han podido alcanzar sus sueños, o que quizás a disminuido su calidad de vida. No permitan que nada les quite esos momentos de alegría, agradezcan por esa familia que aún tienen a su lado, o por la salud de la que gozan. Si tienes trabajo, ve todos los días con las ganas de ser cada vez mejor, enfoca tu atención en los pequeños detalles que te causan tranquilidad. Les aseguro que es posible a pesar de todo conseguir un poco de tranquilidad. Y tengan la seguridad de que, en los mejores tiempos que vendrán, nos elevaremos como grandes personas y una nación potente.
