Líder vs Jefe, La Dualidad al Momento de Tomar Decisiones
Es muchísima la información que podemos tener sobre el tema de ser líderes en una sociedad que poco a poco está avanzando hacia el entendimiento de los procesos humanos y cómo estos pueden llegar a potenciar o limitar a una persona. Sin embargo, la experiencia nos dice que existen ciertos momentos en donde, como líderes, debemos decidir qué tanto podemos ser abiertos y flexibles con nuestro personal, ya que esto podría también perjudicar a la organización.
Una persona que es líder debe siempre buscar potenciar a su personal, hacerlos sentir que pueden confiar en él y dejar situaciones abiertas en donde las decisiones recaigan sobre ellos, logrando así que puedan desarrollar su capacidad de organizarse internamente. En estos momentos, el líder se presenta como un amigo, quien demuestra en cualquier momento posible que es capaz de desarrollar las mismas tareas de su personal, siendo así un ejemplo a seguir de lo que sus palabras reflejan.
Pero a todos nos ha ocurrido que, en ciertas situaciones, el líder debe imponer su decisión, dejando cerrada la posibilidad de que el personal tome carta en ello. Esto ocurre cuando se observa que el equipo no ha sido capaz de lograr aún el feeling necesario como para llegar a acuerdos, o también cuando la organización requiere solo un procedimiento específico para su desarrollo. En estos momentos, el líder se enfrenta a la incómoda situación de ser la persona imponente, que debe velar por el bien de la organización, aunque estas decisiones no sean agradables al personal, y es entonces cuando la parte emocional se hace presente, convirtiéndose en el jefe.
Cuando tomamos el rol de líder de un equipo, debemos estar conscientes de que el personal es nuestro mejor elementos, pero que en ciertas circunstancias seremos los malos de la historia, y es necesario saber lidiar con esto, ya que estaremos en un punto medio entre los intereses de la organización y los del equipo, y tocará decidir hacia dónde tomar partido según la situación vivida.
Es por esto que el ser líder requiere haber desarrollado fortaleza emocional para saber cuándo puedo ser flexible, pero más aún para superar esos momentos en los que debemos tomar decisiones no agradables en contra de nuestro propio sentir. Quién asume este rol, debe tener en consideración que nos debemos a nuestro personal, pero debemos velar por el bien de la organización que estamos encabezando, buscando así un equilibrio entre lo que es fácil y lo que es correcto, entre cuándo ser líder y ser jefe.
El liderazgo oportuno nos permite entonces diferencias esos momentos clave, en los cuales la decisión que tomemos puede llegar a ser sumamente impactante en cualquiera de los actores intervinientes. El ser oportunos es tener la capacidad de saber cuándo imponer (que deben ser solamente momentos específicos) y cuándo otorgar las situaciones para que el personal pueda desarrollarse individual y grupalmente (momentos mucho más numerosos); este equilibrio se evidenciará en el desarrollo de la organización y en la opinión de los clientes, que son al final los que reflejarán los resultados de este proceso.
Para finalizar, te dejo a continuación un video en donde se te presenta, de manera atractiva, cinco estrategias para ser un buen líder. Todas ellas se pueden desarrollar con el tiempo siempre y cuando tomes responsabilidad de tus propias acciones.
